A 22 años de la muerte del cantante cuartetero Rodrigo, el 24 de junio del 2000, aún hoy persisten las dudas sobre aquella fatídica noche y la investigación posterior, inclusive muchos mantienen la sospecha de que el ídolo cordobés fue asesinado deliberadamente.
Rodrigo murió esa noche de abril en un accidente automovilístico en la autopista La Plata-Buenos Aires, luego de haber dado su último show musical en el boliche bailable Escándalo en City Bell.
El cuartetero tenía 27 años, estaba en la cima de su carrera y contaba con un futuro en ascenso cuando su camioneta se cruzó con la de Alfredo Pesquera, "un oscuro personaje relacionado a todo tipo de estafas que jamás ha sido investigado en profundidad", sostiene una publicación de Christian Sanz para Diario mendoza Today.
Con Rodrigo en esa camioneta también viajaban su hijo, la mamá del nene con la que ya no estaba en pareja, Patricia Pacheco, que salió ilesa, y Fernando Olmedo, hijo del recordado Alberto, que igual que Rodrigo perdió la vida en ese accidente fatal.
La repentina muerte del ídolo cuartetero fue un golpe no solo para su familia y amigos, sino que enlutó a todo el mundo del espectáculo y el público que lo adoraba. A partir de allí, surgieron varias incógnitas sobre el accidente y se tejieron hipótesis acerca de qué lo había provocado.
En ese marco, Sanz plantea en su publicación una serie de interrogaciones que, si bien no esperan ser resueltos, al menos pone el foco en esa noche, el accidente y los vínculos perturbadores del mundo de la música que rodeaban al "Potro".
El tema de las drogas es la primera gran pregunta ya que se sabía que Rodrigo consumía drogas desde hacía al menos 6 años antes de fallecer, pero ¿quién se las proveía?
Sobre esa noche, aún no se sabe qué contenía la bolsa que su manager, José Luis Gozalo, retiró de su camioneta.
Por otra parte, la incógnita sobre si hubo o no relación entre el accidente y los disparos de bala y una bomba de gas lacrimógeno que arrojaron esa misma noche en el boliche donde actuó Rodrigo previo a su muerte.
A su vez, se cuestiona sobre "las incesantes llamadas amenazantes que recibieron el cuartetero y su manager ese mismo día y los anteriores. Incluso, se pregunta por qué no se profundizaron los dichos de dos empleados del boliche Escándalo, que aseguraron haber visto a Alfredo Pesquera esa misma noche en el local bailable.
En cuanto a la investigación se pone el foco en Pablo Ceccarelli, ex CEO de Tropicalísima, quien aseguró que Norberto Kirovsky (dueño, junto a su hermano Jorge, del sello musical Magenta, la señal de cable Tropicalísima y varios boliches bailables) viajaba detrás de la caravana que acompañaba a Rodrigo y nunca fue citado a declarar.
Las declaraciones de Ceccarelli, quien aseguró que los hermanos Kirovsky estaban dispuestos a "castigar al ‘Potro’ por eludir el contrato discográfico con ellos", son otra gran incógnita y, teniendo en cuenta, que Rodrigo había decidido, días antes de fallecer, romper vínculos con Magenta por sentir que lo estaban explotando al pagarle sólo el 1% del 85% de las ventas que realizaba a través de sus discos.
La actitud del ex CEO de Magenta también despierta dudas ya que asegura que actualmente vive escondido por temor a que lo maten.
Sanz plantea además que lo insólito de que Aldo Pesquera (expolicía y hermano de Alfredo) le enviara un fax de condolencias al manager de Rodrigo antes de que este se estrellara con su camioneta. En ese mensaje, Aldo hablaba del cuartetero como "Nuestro Rodrigo".
En paralelo, el periodista se pregunta se hubo una investigación sobre los vínculos de un excomisario de Berazategui, lugar donde perdió la vida Rodrigo, con los directivos de Magenta; o sobre los vínculos de Pesquera y Leguizamón, el dueño del boliche Escándalo.
Se habla también de que el abogado de Pesquera, Fernando Burlando, había sido invitado al último recital de Rodrigo; y de que luego del accidente Alfredo Pesquera aseguró que temía un atentado contra su persona, pero no por parte de los fans de Rodrigo sino de alguien más.
Plantea además la duda de porqué el peritaje de la Policía no coincide con el de Gendarmería, y el primero se utilizó para dar por cerrada la causa judicial y exculpar a Pesquera de la muerte de Rodrigo.
En esos informes, la Policía aseguró que hubo roce entre los vehículos de Pesquera y el cuartetero y que este último iba a velocidad excesiva, 144 kilómetros por hora, cuando los peritos de Gendarmería demostraron todo lo contrario.
Los interrogantes sobre aquella trágica noche persisten aún 22 años después, incluso hoy algunos familiares y amigos de Rodrigo creen que debería abrirse la instancia a un segundo juicio por la muerte del "Potro" ya que consideran que la investigación fue incompleta e irregular.
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