El evento concluyó con una misa multitudinaria y una invitación a la JMJ 2027 en Corea.
León XIV cerró este domingo el Jubileo de la Juventud con una misa multitudinaria en la explanada de Tor Vergata, Roma, ante más de un millón de jóvenes provenientes de 146 países, incluidos más de mil argentinos. En su primer megaevento, el Papa hizo un llamado a la paz y destacó el rol de los jóvenes como portadores de esperanza. "Mis jóvenes hermanos y hermanas, ustedes son el signo de que un mundo distinto es posible", dijo León XIV, quien también pidió que los presentes se conviertan en "mensajeros de paz", enfrentando los conflictos con el diálogo y no con las armas.
En su homilía, León XIV recordó a los jóvenes que sufren en diversas partes del mundo, como Gaza y Ucrania, y les alentó a seguir el ejemplo de Cristo. "Con Él, es posible. Con su amor y su perdón, serán semillas de esperanza en su familia, con sus amigos, en la escuela y en el trabajo", expresó.
El Papa también anunció que la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se celebrará en Seúl, Corea del Sur, en agosto de 2027, invitando a los jóvenes a participar de este evento bajo el lema: "Tengan valor: yo he vencido al mundo". En su discurso, León XIV recordó las palabras de su predecesor, Juan Pablo II, y alentó a los jóvenes a no conformarse con menos que la santidad, y a vivir con fe y esperanza en Cristo.
A lo largo de la misa, que fue concelebrada por 20 cardenales, 450 obispos y 7.000 sacerdotes, León XIV destacó que la verdadera felicidad no se encuentra en lo que acumulamos, sino en lo que compartimos con alegría. Citó a san Juan Pablo II, quien en la misma explanada, 25 años antes, convocó a dos millones de jóvenes, y recordó que la esperanza está en Jesús.
El evento culminó con una emotiva despedida, entre aplausos y cantos de los jóvenes, que se despidieron del Papa con el grito de "¡Papa Leone!" mientras él subía al papamóvil, rumbo al Vaticano, dejando una fuerte impresión entre los asistentes.