Hoy venimos a expresar con firmeza, desde nuestro bloque, el sentido político e institucional que tiene esta jornada. La interpelación a la ministra de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología no es una maniobra ni una provocación. Es una herramienta democrática, aprobada por unanimidad en este mismo recinto, una instancia legítima de diálogo y rendición de cuentas que la comunidad educativa chaqueña espera hace mucho tiempo. Y que el pueblo del Chaco necesita y merece.
Esta sesión representa una oportunidad. Una oportunidad para el diálogo, para el debate respetuoso, para las explicaciones necesarias. No es un capricho: es una obligación institucional y una señal de madurez política. Por eso convocamos públicamente a todos los y las legisladoras de esta Cámara a estar a la altura del momento. A asumir con responsabilidad el rol que nos dio la ciudadanía.
Lo dijimos y lo reiteramos: estamos ante una situación crítica en materia educativa. No lo decimos solo nosotras. Lo dicen las familias, los estudiantes, los y las docentes, las comunidades enteras que ven cómo se toman decisiones de forma inconsulta, cómo se intervienen organismos con historia como las Juntas de Clasificación sin respetar derechos ni trayectorias. Lo dicen quienes ven cómo se desarman políticas públicas sin diálogo, sin escucha, sin rumbo claro.
Sabemos que el bloque oficialista ha manifestado públicamente su satisfacción con la gestión del Ministerio. Si consideran que hay avances que celebrar, entonces no debería haber motivos para evitar esta instancia. Al contrario: quien está convencido de su tarea no rehúye al diálogo, lo busca. Quien tiene convicción, da la cara. Negarse a venir hoy sería no solo una contradicción, sino una señal preocupante de desinterés por el debate público.
Porque la ausencia no sería solo física. Sería una ausencia política. Una ausencia ética. Sería decirle al pueblo que el control no importa, que las preguntas molestan, que el poder no debe dar respuestas.
Desde nuestro lugar seguiremos insistiendo. Porque detrás de cada pregunta hay un cargo que no se abre, un comedor que no alcanza, un salario que no llega a fin de mes, una escuela que espera. Porque entendemos que la política no se ejerce escondiéndose, ni gobernando por decreto como la gestión nacional con la que este gobierno acuerda.
Se ejerce con responsabilidad, con vocación democrática, con respeto por quienes sostienen todos los días la educación pública en nuestra provincia.
Hoy debería abrirse un espacio de debate, no cerrarse. Por eso estamos acá, para sostenerlo con nuestra palabra, con nuestra presencia, con nuestras convicciones. La institucionalidad no puede ser rehén de especulaciones. No se fortalece escondiéndose, se fortalece debatiendo. Y eso es lo que vamos a seguir haciendo.
Porque no hay educación de calidad sin una democracia viva y sin funcionarios y funcionarias dispuestas a dar explicaciones.